Mari Taglioni, una de las bailarinas más famosas, la eterna musa del ballet clásico.
Su carrera revolucionó las técnicas y estilos de ballet, estableciendo nuevos estándares e influenciando a generaciones futuras de bailarines.
En este blog, exploraremos la vida, los logros y el impacto duradero de Mari Taglioni en el mundo de la danza.
Mari nació el 23 de abril de 1804 en la familia del bailarín y coreógrafo Filippo Taglioni. De niña no tuvo ni una figura de bailarina ni una apariencia atractiva. A pesar de esto, el padre decidió hacerla una bailarina. Mari estudió en Viena, Estocolmo, y luego en París. En 1822 hizo su debut en Viena. La bailarina rechazó el ballet inherente de trajes pesados, pelucas y maquillaje, dejando en el escenario sólo un modesto vestido ligero.
En marzo de 1832, el estreno del ballet La Sylphide tuvo lugar en la Grand Ópera de París, marcando el comienzo de la era del romanticismo en el ballet. Fue ella quien introdujo el tutú romántico en el ballet y, al mismo tiempo, demostró por primera vez el baile con la punta de los pies.
Los siguientes quince años, Maria Taglioni recorrió toda Europa: de Londres a Berlín y de Milán a San Petersburgo. Su repertorio consistió principalmente en las actuaciones de su padre. Sus mejores interpretaciones de ballet fueron en Sylphide y Zephyr y Flora. Según sus contemporáneos, las danzas de Taglioni fueron “la encarnación de la gracia”.
En 1832, Mari se casó con el conde de Voisin, pero continuó usando su apellido de soltera y no abandonó la escena. Después de terminar sus actuaciones en 1847, vivió en Italia dando clases de ballet.
Mari Taglioni murió 22 de abril de 1884 en Marsella. En su tumba se encuentra el siguiente epitafio: «O terre ne pas trop pèse sur elle, elle a si peu Pesé sur toi» (Tierra, no presiones demasiado fuerte, porque es muy fácil ponerse de pie).
Mari Taglioni dejó una huella imborrable en el mundo de la danza con su técnica innovadora y su estilo único. Su contribución al ballet clásico ha sido ampliamente reconocida y su influencia perdura en el mundo de la danza hasta el día de hoy.
A través de su arte y talento, Mari Taglioni sigue siendo una figura inspiradora para bailarines de todas las generaciones, dejando un legado duradero en la historia de la danza.
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